La mano perdida de Orozco

Hablar de Jose Clemente Orozco es hablar de un hombre que retrata la condición humana de forma apolítica; se interesa por los valores humanos mas básicos y no insiste tanto en valores nacionales, de ahí que sus imágenes más características comuniquen la capacidad del hombre de controlar su destino y su libertad ante los efectos determinantes de la historia, la religión y la tecnología.
Tuve la oportunidad de conocer su obra en el colegio de San Idelfonso (reconociendo que mi ignorancia me impidió disfrutarlo hasta hace poco tiempo), y allí me di cuenta de porque este es uno de los mas famosos muralistas que tiene México(y miren que tiene varios).
En Guadalajara vi mas de su legado y al final aprecie como un hombre dueño de una ideología que en parte comparto, despliega en su obra, una capacidad que nos da el lenguaje, la llamada ironía. El siendo un hombre "anti español" cuyo sentimiento se plasma con gran franqueza y muy poca sutileza en sus murales, pinta para un arzobispo, y también siendo un hombre que a expresión suya era ateo, pinta para un orfanato y convento, y muestra en sus murales, el choque que la religión católica y el choque que esta tiene cuando se enfrenta a los ídolos mesoamericanos. Cabe recalcar, que también se muestra irónicamente su sentimiento "anticatolico" en su obra, pero sobre todo, en su vida se refleja su gran tono irónico, pues es bien sabido que Orozco perdió una mano por haber tronado un cohete en plenas celebraciones de las fiestas guadalupanas.

Pero entonces, uno se pregunta, porque siendo este un hombre con convicciones ateas y antiespañolas, pinta en un lugar como el orfanato de Guadalajara, y la respuesta es muy facil, y salta a los ojos solo de ver sus murales, y se llama humanismo puro.

El Ilustre Señor Don Cabañas. era arzobispo de esta ciudad, fue un hombre sumamente humano y caritativo, pero sobre todo, tenia muy clara la idea de su vida, que era ayudar al que lo necesitara. Incluso aunque este fuera un hombre no muy bien recibido en su tierra, como es el caso de Maximiliano de Hansburgo, a quien corono como emperador de Mexico mucho tiempo antes, pues no existía la nobleza en este país.

Algo si me queda claro después de analizar la obra de este muralista, matematico, agricultor; que en estos tiempos modernos es evolución y no revolución lo que nos a de hacer sobrevivir a esta dolorosa situación por la cual atraviesa nuestra tierra, es el humanismo de Orozco lo que lo hace pintar murales sin titubear, lo hace a sabiendas que dejaría un mensaje eterno, que pintaría el antes y el mañana del México que el conocía en los principios del siglo pasado y que nos dejaría claro que ante todo, es mediante el arte y la cultura y no mediante las armas como vendrá la verdadera conquista, la conquista del espíritu, la misma que trata de conquistar con oraciones una religión, como es el caso de la cristiana, así que es esto el final de un circulo irónico, justo como a el siempre le gusto vivir.

Las letras son una capacidad de expresión, pero esta capacidad es limitada, pues no importa cuanto escriba, para entender lo que el pintor Orozco plasma en su obra, hay que unir los tres grandes elementos del hombre, mente, cuerpo y espíritu, solo así entiende uno lo que se ve, solo así uno aprecia estos murales, entonces uno encuentra su mayor legado, la forma en que pensó en sacar esta tierra a un lugar mejor, a través del poder de la purificación del fuego, a través del trabajo, a través de la enseñanza.
Anexo unas imágenes para la gente que desee ver un poco de su obra.